Situación de lxs animales

No es necesario ser biólogo ni veterinario para entender que el encierro -sea en las condiciones que sea- genera graves daños en la salud. El encierro -además de en las rejas y en las cercas electrificadas- se puede ver en los pájaros que no vuelan, en los felinos que pasan horas deambulando en círculos y en los lobos marinos que apenas tienen agua para llevar a cabo sus vidas cotidianas.

La mayoría de los zoológicos exhibe animales con muy poca, si alguna, oportunidad de expresar comportamiento natural o de realizar elecciones en su vida diaria, y esto puede llevar al aburrimiento y la neurosis. Sin nada que hacer, los animales en los zoológicos duermen demasiado, comen demasiado y exhiben un comportamiento que muy pocas veces, por no decir nunca, se ve en la vida salvaje.

 

Así, pierden sus instintos más básicos, como el de conseguir alimento; en el caso de los carnívoros pierden el de caza puesto que se les alimenta con carne muerta, y en el de los animales herbívoros en lugar de recorrer cientos de kilómetros para conseguir alimentos pasar a recorrer unos pocos metros y comer el compuesto alimenticio que se les da.

Además deben adaptarse a unas condiciones climáticas, para muchos de los animales completamente diferentes a las de su hábitat  Los animales tienen que adaptarse entonces a temperaturas mucho más frías o calurosas a las que sus cuerpos no están acostumbrados ni evolucionados. Esto provoca que en muchos casos, estos cambios anulen sistemas fisiológicos de los animales, que tienen graves consecuencia para ellos en cuanto a su bienestar.

Además, tienen que acostumbrarse a las numerosas visitas diarias que reciben, de las que no pueden ocultarse para que se les pueda ver bien, perdiendo toda su intimidad

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